¿Como Puedo Recibir mi Sanidad de parte de Dios?

31 que la ciencia médica puede saber o cuantificar. En Canadá yo estaba atendiendo a un hombre que había pedido oración para la escoliosis de su columna. El no podía levantar sus manos sobre sus hombros, y la mayoría de los miembros familiares de edad avanzada tuvieron el mismo problema o peor. Cuando hablé lo que el Señor me dio para decirle, y proclamar la autoridad de Dios acerca de su espina dorsal y hombros, los hombros se soltaron y él pudo levantar sus manos ¡muy alto por encima de su cabeza en ¡alabanza a Dios! Él estaba tan contento. Pero este no fue el único milagro para esta familia esa noche. Ese día yo había estado enseñando un seminario en la iglesia de este hombre. El seminario era sobre la relación entre el perdón y la sanidad física. El hombre que fue sanado de su escoliosis tenía una madre que fue afligida aun más, dolorosamente. Su estatura se encorvaba por encima de sus hombros y cuello en una condición semi-jorobada. Habían pasado años, desde que ella podía recordar, de haber tenido una noche severos sin dolores nocturnos. Al ir ella manejando a casa, esa noche, pensando en lo que se le había enseñado ese día sobre el perdón, y acerca de la sanidad de sus hijo, el Señor la convenció de una falta de perdón, profundamente arraigada, en su propio corazón. Hacía tanto tiempo que ella había albergado una amargura que había durado durante años. Ella comprendió que no tenía ninguna opción sino perdonar. Tentativamente (qué a veces es todo lo que una persona, que está limitada por la falta de perdón, puede hacer en dicha situación), ella escogió perdonar su amargura.32 32 Cuando nosotros escogemos perdonar a alguien (o perdonar nuestro propio ego) debemos recordar que no estamos perdonando sus malas acciones. Simplemente decidiendo cumplir con un requisito espiritualmente asignado de perdonarlos. Yo llamo a esto “cerrarle la En ese momento, sintió que algo pasaba en su espalda. Cuando ella salió del automóvil, se dio cuenta que ella era más alta. ¡Y lo era! Su escoliosis se había ido, y su espalda se había enderezado casi dos pulgadas. Esa noche ella tuvo el mejor sueño que podría recordar en la vida. ¡Ella contó su testimonio una y otra vez, en la reunión del próximo domingo, proclamando lo que Dios hizo para sanarla!33 puerta de enfrente a satanás”. Pero hay una puerta trasera que también debe ser cerrada. La puerta trasera es la actitud rencorosa de nuestro propio corazón contra que hemos retenido hacia la otra persona. Escogiendo perdonar, permitimos a la promesa de sanidad venir a nosotros, y cerramos la puerta a satanás de que tenga autoridad para traernos las consecuencias negativas de esa falta de perdón. El perdón no es tanto así respecto al perpetrador, sino en cuanto a liberarnos a nosotros mismos de la autoridad espiritual satánica. Se anima al lector a estudiar 2 corintios 2: 10-11; Efesios 4:26-27; Hebreos 12:15; Mateo 6: 14-15, para tener una mayor comprensión acerca de este principio. 33 Contarle a alguien lo que Dios hizo por ti, es a menudo una parte muy importante para mantener tu sanidad. Si permaneces en silencio acerca de un milagro de sanidad Divina usualmente es debido a duda personal en su permanencia y efectividad. ¿Que tan convencido y realmente agradecido estás del regalo que acabas de recibir de Dios? Esto es un asunto de fe. Lo que uno habla fortalece (o destruye) la fe.

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