42 hemos desarrollado una relación vibrante con el Señor. Si tu no lo has hecho, te deseo buena suerte mientras buscas tu propia salud física. Yo mas bien preferiría la garantía segura del Señor acerca de mi sanidad, tal como se menciona en el Salmo 107: Salmo 107:20 Él envió Su palabra [en hebreo esta palabra es “dhavar” que específicamente se refiere a una palabra hablada. Es un equivalente a rhema en el Nuevo Testamento] y los sanó, y los libro de su ruina. Este verso subraya la verdad de Mateo 4:4, en qué el Señor declaró que el hombre no solo debe vivir de pan, sino de la palabra revelada (rhema) que sale de la boca de Dios. Al buscar a Dios por sanidad, debemos estar preparados para obedecerle, en lugar de obedecer a nuestros pensamientos carnales. De esta manera, impediremos que la idolatría estrope la solución de salud perfecta que Dios tiene para nosotros. Su camino siempre es perfecto, y Su solución incluye salud perfecta. El camino del hombre siempre es imperfecto y mantendrá al hombre vagando en el desierto. ¿Puede Dios obrar a través de los doctores? ¡Por supuesto! Él lo hizo a través de mi propia ilustración en el incidente previamente descrito. ¿Pero debemos asumir automáticamente que Él quiere sanarnos? No. Pensar así es confiar primero en algo más, que en Dios. Al pensar asi, tales acciones pueden carecer de fe, o parecerse a las personas de otras culturas que tienen fe en hechiceros paganos y shamanes, en lugar de tener fe en Dios. En nuestra cultura, tendemos a confiar mas en los doctores y en las pildoras antes que en Dios. No se agrada a Dios cuando no hay fe detrás de nuestras acciones (Hebreos 11:6). Y la fe viene por el oír, y el oír por la palabra (Rhema) de Cristo (Romanos 12:17).
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