37 nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias. El tomó nuestras dolencias y enfermedades en la misma cruz en la que Él llevó nuestros pecados. ¿Cómo es que nosotros creemos fácilmente que el Señor tomó nuestros pecados en la cruz, pero tenemos problema en creer que Él también tomó nuestras dolencias y enfermedades en la misma cruz? ¿Cómo sé yo esto? Porque casi cada Cristiano en las culturas occidentales hoy, tiene más fe en los doctores y las píldoras para su sanidad que la que tienen en el Señor. Esto es incredulidad, y tal incredulidad es pecado. Si tu eres parte de esto, no hay mejor tiempo que ahora para arrepentirte de tener tales ídolos médicos. I Corintios 10:13 también es verdad--ese Dios no nos permitirá ser tentados mas de lo que nosotros somos capaces de llevar, y nos mostrará los medios de escape. ¿Cómo? Aprendiendo a oír Su voz, y obedecer lo que él nos dice que hagamos sobre la crisis. Usamos nuestra autoridad espiritual dada de Dios para hablar (o lograr) lo que el Señor nos dice. Muchas veces, esto involucrará llamar a ser aquéllas cosas que no son (i.e. todavía no son en lo físico) como si fueran (i.e. eso ya es verdad en lo espiritual) .41 Yo siempre he sido inspirado por una preciosa anciana en nuestra iglesia. Su nombre es Eleanor, y ella recientemente se tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones; molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por Su llaga fuimos nosotros sanados. Pedro, citando este verso después del día de Pentecostés, (I de Pedro Pedro 2:24), declara que nosotros fuimos sanados, debido a la cruz de Mateo 8:17. 41 Romanos 4: 17b … delante de Dios, a quien creyó, y llama las cosas que no son, como si fueran. volvió una joven de 80 años. Hasta hace sólo una semana mientras estoy escribiendo estas palabras, ella y su marido eran los custodios de la limpieza de la iglesia. Todas las semanas durante unos siete años ella aspiraba el polvo de toda la iglesia, hacía toda la limpieza, etc., Ella decidió que dejaría de hacer este trabajo, no porque ella no pudiera hacerlo, sino porque ella simplemente decidió que 80 años de edad es un buen tiempo como cualquiera para dejarlo y relájarse. Ambos se niegan a enfermarse porque ellos se apegan a la verdad de la Palabra Escrita. En I Pedro 2: 24b y por cuya herida fuisteis sanados. A veces Eleanor a tenido que demandar que su doctor se adhiera a la Palabra de Dios. Por ejemplo los últimos seis o más años, su doctor le ha dicho que ella tiene diabetes. Ella tiene una manera especial de conseguir que su cultura de Nueva Inglaterra se imponga sobre su médico Yanqui, y no es tímida para decirle a su doctor, “No, yo no tengo diabetes, ni cualquier otro tipo de enfermedad. Yo le doy todas mis enfermedades a Jesús.” “Él se las llevó de mí.” “Si usted las quiere, usted tendrá que preguntarle.” Eleanor es mortalmente seria (hacia el diablo) e inexorable en su posición. Así que este doctor se molesta y trata de contener su respiración para no enfadarse, declarando que él es el médico y el especialista. Eleanor se mantiene firme. Así que el doctor enojadamente le pide que se tome una prueba de sangre para demostrarle que ella tiene diabetes. Pero cada vez por los últimos años, las pruebas salen negativas, y el doctor se ha marchado murmurando. Este doctor es un hombre relativamente joven, en sus tempranos cuarentas. Eleanor lo debe de haber sacado de quicio porque él anunció recientemente, su jubilación de la práctica médica. En otro incidente de llamar las cosas que no son como si lo fueran, por revelación; cito a
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