46 Recibiendo y Guardando tu Sanidad: Tratando con Un Espíritu de Enfermedad Recientemente estaba conduciendo una reunión de oración por la tarde y note que me comenzaba un dolor de cabeza. Ore y luego me olvide acerca de ello durante la reunión. Mientras iba manejando hacia mi casa, me comenzó otra vez y se intensificó. Me enoje con el diablo, porque supe en mi espíritu que era un ataque demoníaco. He aprendido que cuando una molestia ocurre repentinamente sin síntomas anteriores, siempre estoy alerta a la posibilidad de que sea puramente un ataque demoníaco, y usualmente proveniente de una maldición. Quienes se han profundizado en el conocimiento medico profesional a menudo se mofan de tales posibilidades, pero por supuesto, la negación de las raíces espirituales de la enfermedad es precisamente la causa por la que la profesión tiene un registro de éxitos impredecibles. Otra ves, esto no es para burlarse de la profesión. Es meramente para indicar que hay mucho mas allá para la salud que la ciencia, genética, nutrición, y ejercicio. Pero regresando al dolor de cabeza. Yo debo contar que en el pasado, el diablo ha tratado muchas veces de infligirme un dolor de cabeza para inmovilizarme. Predeciblemente esto ocurre los Sábados, el cual normalmente es el tiempo para preparar mi corazón para predicar el día siguiente. No se requiere un gigante espiritual para darse cuenta de donde vinieron estos ataques. Aun con todo eso, es difícil tratar con ellos. Algunas veces yo fui capaz de vencerlos con mi fe, y otras no. Así que mientras iba manejando a casa después de la reunión, fui dirigido por el Señor para gritar, ¡satanás fuera de aquí con tu espíritu de enfermedad y llévate este estúpido dolor de cabeza contigo! Se fue inmediatamente. Yo estuve bien por unos minutos, y luego sentí que el dolor de cabeza regresaba. Aquí esta lo que el Señor me mostró cuando comencé a preguntarle: Sin duda era un espíritu maligno, un espíritu de enfermedad, causando el dolor de cabeza. El dolor de cabeza se fue cuando le ordené que saliera. Pero otro espíritu estaba en línea esperando justo detrás del primero. Ese segundo espíritu comenzó a actuar casi inmediatamente después que el primero fue echado fuera. El Segundo Diablo duplicó el ataque (el dolor de cabeza), del primero. Naturalmente, también eché fuera este segundo espíritu. Nuevamente sentí cierto alivio. Pero luego un tercer espíritu trató de ganar entrada con un dolor de cabeza, aunque para entonces fue un débil ataque y el espíritu salio rápidamente, en el momento que le ordené que lo hiciera. Ahora aquí está la clave para entender lo que nos ayudara a tratar con los demonios un poco mas exitosamente en el futuro. Cuando tu como creyente en Cristo disciernes la presencia de un espíritu y ejercitas tu autoridad para echarlo, ese espíritu debe salir. No puede permanecer debido a la autoridad espiritual que tu posees para usar el nombre de Jesucristo. Ante el nombre de Jesucristo, debe salir. Sin embargo, satanás es lo suficientemente astuto para alinear otro espíritu detrás del primero, el cual inmediatamente toma la posición del que sale. Es este escenario, somos engañados preguntándonos por que el espíritu no parece haber salido, y cuestionamos nuestra fe. Pero la realidad, es que el espíritu salió, y nosotros fácilmente somos engañados pensando de otra forma. Yo recuerdo una conversación con el Pastor Carl Fox en la cual el Señor le mostró algo similar. El estaba ministrando sanidad a una persona y pareció que el espíritu no salía. Así que le preguntó al Señor por que, y el Señor le mostró que otro espíritu había venido en
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