¿Como Puedo Recibir mi Sanidad de parte de Dios?

9 Capitulo Cuatro Tomando Autoridad Espiritual Algunos de ustedes conocen un amigo mío, un hombre llamado Carl Fox. Hace años él tuvo una atrofia en el brazo por un accidente que quebró su espada. Dios sanó su espalda maravillosamente. Pero su brazo estaba girado hacia arriba. Pasaron dos años. El estaba ministrando sanidad a cientos de personas y ellos estaban siendo sanados milagrosamente. Sin embargo su brazo estaba invalido. !Era algo penoso! Su doctor quería enviarlo a un psiquiatra. Mi amigo le dijo directamente, “Usted es el que necesita un psiquiatra porque mi brazo está sano, La Palabra de Dios así lo dice. No que El lo sanará, sino que ya está sano, exactamente como dice en I Pedro 2:24.” Carl estaba tan convencido de que Dios ya había sanados su brazo, y honoraria Su Palabra escrita, que él rechazó un arreglo de seguro que le habría pagado 98 mil dólares con solamente someterse a la revisión de las autoridades medicas y dejarse amputar su brazo. Recuerde, todas las promesas de Dios son dadas en el Espíritu, y son recibidas en la carne a través de la fe. Jesús no pudo hacer muchas obras en su ciudad natal debido a la incredulidad, la falta de fe, en la gente de su lugar de nacimiento. La falta de fe es simplemente una falta de confianza. Confianza es exactamente lo que se construye cuando tenemos amistad con Jesucristo. No podemos confiar en alguien a quien no conocemos personalmente. Así que pasaron dos años. Cada día Carl miraba su brazo y le decía, "Brazo, tu estás curado en el nombre de Jesucristo." La gente pensaba que él estaba loco cuando él les decía que se callaran si alguien decía lo contrario. Haciendo corta una historia larga, un día él sintió un movimiento en uno de sus dedos. El giró su brazo por sobre su espalda y se rascó la espalda con ese dedo y ¡sintió tan rico! Una semana mas tarde, otro dedo se movió. Después de un tiempo relativamente corto todo su brazo estaba restaurado, y ahora ese brazo es como el brazo de un oso con el cual puede vencerme. Yo menciono este ejemplo para ilustrar el principio que nosotros tenemos autoridad sobre dolencias y enfermedades cuando rehusamos a hablar de ello simplemente por nuestra experiencia o nuestro dolor. Pero no me creas simplemente debido a la experiencia de un hombre. Mira el siguiente versículo, y créelo porque es la palabra de Dios a este respecto: Mateo 8:17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. Jesucristo tomó no solamente nuestros pecados sino también nuestras dolencias y enfermedades. Si tenemos fe de que Jesús tomó nuestros pecados ¿por que es tan difícil ver que El también quitó nuestras dolencias y enfermedades? En este punto , uno podría cuestionarse porque ellos no han experimentado una experiencia de sanidad consistente de parte de Jesús. La respuesta es sencilla, ellos no han fortalecido consistentemente su fe con respecto a la salud. En una palabra, se llama incredulidad. ¡Debemos confesar nuestro pecado de incredulidad y volver al programa de sanidad de Dios!

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